martes, marzo 18, 2008

OAXACA DE JUÁREZ

Todo empezó el jueves 13 de marzo pasado. Ya tenía contemplado irme un día antes, incluso una semana antes pero la bronquitis me lo impidió.
Estar en recuperación me puso paranoica y claustrofóbica, así que Rafa me ayudó de pretexto para poder liberarme un rato de mis demonios.

Perdí mi salida de la central de autobuses del sur, porque mi madre me pesco en plena huida y no me dejó ir hasta que tuviera el cuarto alzado, tampoco me permitió llevarme a Tuga PoP*.

Bueno pues me fui hasta la TAPO (Central de Autobuses del Poniente). Iba con el humor de vacaciones, y que ya desde el momento de haber salido de casa, todo lo que estaba frente a mi camino sería recibido con sabiduría de viajero.

Llegué a la central sin algún contratiempo, sólo me preguntó una señora de mayor edad la dirección de una estación y pues esa fue mi buena acción del día. Y pues iba entrando a la estación cuando recibí una llamada a mi cel. No reconocí la voz pero algo me decía que no era ni Chava ni Fer ni alguien conocido... era el buen trovador de Coyoacán Enrique Muñóz! Habló para decirme que no habria problema respecto a recojer un disco que él me dará por promoción a su música.
¡Uff, qué buena sorpresa! Creyendo que ese era el acontecimiento del día, me fui al banco a sacar lux ($$) para poder comprar mi boleto. Sólo había en el autobús de primera, y mi condición de convaleciente me lo agradeció, así que compré el boleto ($480.oo MXP) y me dirigí a desayunar al kiosko de la estación.
De pronto vi de lejos una silhueta familiar, y bueno, pues otra sorpresa me tenía el destino: era mi ex profesor de matemáticas de la facultad, el buen Walter Shnider. Tuve que ir a saludarle y pues fue muy buena la sorpresa para él, saber que ya me titulé y que tenía trabajo. También me dijo que tuviera cuidado en Oaxaca porque la gente era muy traicionera. Que le daba mala espina y que por eso jamás pensaba en ir. Nos despedimos y me fui a esperar el autobús.


Después de un cómodo viaje de 6 horas y 20 minutos, 4 películas y unas cuantas páginas de mi libro, lluegué a OAXACA.


No pude dejar de comparar con otros pueblos antes visitados, la primera impresión fue cómo cuando llegué por primera vez a Xalapa. Sin embargo, la morfología del terreno me pareció más sensual por las formaciones montañosas de la Sierra Madre Oriental, y la vegetación semidesértica.



Una vez estacionado el autobús llegaron los mensajes de cel, invitandome a salir en la ciudad y un mensaje perdido tambien de mi amigo Rafa para saber si me había animado al final en visitarle.
Decidí ir al Zócalo para establecerme más en espacio y tiempo y poder comprar una tarjeta de telefono y comer algo, ¡me moría de hambre!


Unas dos horas despúes llegó Rafa al café restaurante donde estaba "El Jardín" y pues me dió una rápida introducción a lo que es el centro de Oaxaca.

Llegamos a su casa y muy amable Rafita, me señaló los puntos a visitar de mayor importancia para él, como primera visita a este pueblo. Descanse bastante bien y pues advertí al día siguiente que aún me sentia convaleciente de la bronquitis y que debía descansar y relajarme para poder disfrutar el lugar.


Mi primera salida fue a las 1pm, y me dispuse a ir a la casa de cultura más próxima a la casa de Rafa. Me gustó muchisimo la organización y las actividades artísticas implantadas.




Luego me fui hacia la Iglesia de la Soledad, cuál me impactó muchisimo al conocer a la Reina Santa, La Patrona de Oaxaca: LA SOLEDAD. ¿Qué pueblo toma a la soledad como Reina? Aquel que tenga conciencia de la muerte.


Estuve indagando de la historia de esta virgen y me detuve a leer las fachadas principales de este templo.


Me dió hambre y regresé al Zócalo para comer algo fresco. Esta vez comi en un restaurante localizado en los arcos orientes de la plaza justo junto al lugar donde cene una noche antes. Para mi sorpresa en todos estos restaurantes sirven exactamente la misma carta, los mismos precios y lamentablemente la misma mala atención. Tardaron 40 minutos en servirme unos tacos de pollo! Uff , recordé las palabras de mi profesor de matemáticas y respiré profundo para no reclamar nada y por contrario suplicar con una sonrisa que se apuraran.


Me empezaban a doler los pies pues hacia como 3 meses que no caminaba más de una hora, y ya llevaba 3 horas con sandalias nuevas a 28°C. Aun así me dirigí al sitio arquitectónico más importante en todo Oaxaca, y donde se resguarda la mayoría de la cultura contemporánea de este estado: SANTO DOMINGO...




CONTINUARA>>>